domingo, 20 de abril de 2014

DIÁLOGOS DE PAZ Y ELECCIONES


Los diálogos de paz que continuarán su curso este 24 de abril en La Habana, son el tercer intento por concluir un proceso de paz que ponga fin a una guerra fratricida que tristemente ha caracterizado y ensangrentado nuestro país por más de medio siglo. 

Y pareciese que el proceso no ha sido revestido con la importancia y seriedad que le son necesarias, cuando, por ejemplo, se ignora el llamado hecho por diferentes analistas a darle una pausa mientras cesa la contienda electoral, por la posibilidad de convertirse en una herramienta politiquera. Dicho y hecho. Ya escuchamos al presidente–candidato Santos, aseverando que ninguno de sus contrincantes tiene la experiencia para continuar el proceso de paz, y que “un cambio de capitán” en este momento sería “fatal” para el proceso. 

Para complementar dicha declaración, el pasado martes 15 de abril atendimos a “la buena nueva” del presidente–candidato, dando a conocer la gira del equipo negociador por Colombia, para “promover el proceso de paz” y explicarles a los ciudadanos la importancia de darle fin al conflicto. Esta rendición de cuentas parece un eufemismo del “estamos cumpliendo”, en una campaña que intenta ligar un apellido con la continuación de un proceso de paz.

Y no sólo Santos ha tomado “la paz” como parte fundamental en su campaña, la mayoría de los candidatos también han hecho suyo este discurso pro–paz, carente de contenido, en la carrera por las elecciones. Hemos visto resumir la paz en el silencio de los cañones. 

El concepto de “Paz con Justicia Social”, no reduce la paz al cese a las hostilidades, evidencia que sólo con la identificación de las causas del conflicto armado y su consecuente erradicación, podremos alcanzar una paz verdadera. Este concepto, acuñado por el Partido Comunista y abanderando por sectores de la izquierda en la candidatura de la alianza POLO-UP, con Clara López y Aída Abella a la cabeza, ubica la paz en un estadio muy posterior a una firma. Tristemente esto no ha retumbado como debiera en la opinión pública y se ha confundido con las campañas de la derecha, cosa preocupante, pues lo ideal es que la totalidad de la sociedad colombiana atienda y se involucre en un proceso hacia la verdadera paz.

Así, mientras la paz se matiza e instrumentaliza por sectores reaccionarios, continúan los diálogos en La Habana. Atendemos este jueves 24 de abril al inicio del ciclo 24, retomando el tercer punto de la agenda: solución al problema de las drogas ilícitas.

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