sábado, 17 de mayo de 2014

¿CUÁL BASURA?

Hace poco tiempo se restituyó al Alcalde Mayor de Bogotá, todo esto dentro de un ambiente de tecnicismos jurídicos justificando una decisión evidentemente política. Como sabemos, la causa desencadenante de la destitución fue el haber querido establecer otro modelo de manejo de basuras en el distrito, un modelo que entre otras cosas buscaba establecer el reciclaje como forma de reducir el impacto ambiental de los rellenos sanitarios por vía de su uso eficiente [1]. Mientras el gobierno distrital buscaba soluciones de este estilo, los operadores de recolección de basuras buscaban una licitación para abrir otro relleno sanitario para la ciudad dado que a Doña Juana le quedaba poca vida útil [2], querían que los dejaran hacer otra mancha de lona verde entre los paisajes de los alrededores bogotanos que al cabo de los años quedaría como un cementerio de desechos compactos abandonado y exponiendo a riesgos de explosión, filtración de lixiviados, derrumbe y daño ambiental a estos lugares y a sus habitantes.


Los operadores privados quizás hubieran querido optimizar el esquema de basuras incorporando el reciclaje con la inclusión de la empresa de manillas recicladas de los hijos de Uribe y eliminar infraestructuras costosas como las plantas de biogas y tratamiento de lixiviados para hacer un esquema más rentable y por ende mejor (para ellos). El buen servicio para ellos consiste en llevarse las basuras del lado de los conjuntos para llevarlas hacia los lugares en donde muchos se ven obligados a vivir por el alto costo de los arriendos, servicios y demás; cobrar una tarifa que no estimule a ningún usuario a dejar de tirar todo en un mismo cuenco ni a reducir su consumo o reemplazar los productos que generen más desechos no recuperables, tampoco a dejar de desperdiciar la comida por la que muchos tenemos que soportar los precios que nos pongan los especuladores de las plazas de abasto y mercados de barrio mientras se quejan de que los recicladores les dañan el aspecto de sus calles y su ilusión de seguridad al aparecer en sus andenes para desparramar la basura que tanto trabajo les costó botar en una bolsa y reunir materiales que a nadie le importan.

Es más probable que los operadores privados quieran quedarse con el monopolio sobre algunos materiales que no requieran mucho esfuerzo para ser separados del resto de la basura, como las aleaciones ferrosas, pues les duele que haya gente que se pueda ganar la vida separando estos y otros materiales de entre la basura sin lucrar de algún modo a estos nobles empresarios. Separar sólo una pequeña parte de los residuos reciclables (aproximadamente el 40% de los desechos bogotanos son reciclables y los recicladores recuperan una cuarta parte de estos [3]) para enterrar el resto esperando a que los dejen rellenar media Bogotá con basura que hubiera podido servir para algo más.

Propuestas de manejo ecológico de la basura existen y van más allá de lo que pudo implementar o proponer Gustavo Petro, el único problema de estas es que implican gran inversión inicial y no son rentables para algún avariento capitalista a pesar de ser muchísimo menos dañinas para el ambiente, reducir los costos en insumos de muchas industrias, entre ellos el petróleo, y tener la capacidad para emplear bastante mano de obra calificada y no calificada. En lo que sigue me referiré a algunas de estas propuestas que los dueños de la basura desprecian para quedarse con la venta de “bonos verdes” a los embaucadores bursátiles [4], también a alguna falla del actual modelo de manejo de basuras.

La primera claridad a tener en cuenta en este tema es que la basura es una mezcla de desechos no clasificados, por lo tanto un manejo eficiente de desechos requiere procesos separados para cada tipo. Es necesario también tener claro que los desechos orgánicos también se dividen según su origen y son en gran parte aprovechables y que la quema de estos libera a la atmósfera cantidades similares de dióxido de carbono que su descomposición completa. Como última aclaración pongo el que muchas empresas fabrican sus productos de manera que sea muy difícil el reciclaje de sus componentes y generen grandes cantidades de basura como forma de incentivar la compra de materias primas “nuevas”, es el caso del tetrapack, icopor en embalajes, cartón plastificado y envases no retornables.

El manejo de desechos orgánicos en principio se podría dividir en el manejo de residuos sanitarios (no incluyo aquí las aguas cloacales) y en el de alimenticios. Los residuos sanitarios por su alto riesgo de transmisión de enfermedades deben ser quemados en hornos de doble combustión (o cualquier sistema que los incinere entre 700°C y 1000°C, temperatura aproximada a la que se destruye cualquier materia orgánica, y también descomponga potenciales gases tóxicos producto de la quema incompleta sin liberar metales pesados al aire), también debería revisarse la posibilidad de usar jeringas y agujas de materiales resistentes a las temperaturas de estos hornos. El mal manejo de estos residuos actualmente llega hasta la venta de los mismos para su reutilización [5]. Los residuos alimenticios pueden ser procesados por cerdos (con los que se puede producir carne) para que estos absorban el contenido de sal de dichos residuos, las heces de estos animales pasarían junto a las humanas y otros desechos biodegradables de bajo riesgo biológico a plantas biodigestoras capaces de generar gas y de contener estas materias por tiempo suficiente como para matar cualquier parásito potencial y luego de este tiempo enviar este material como abono, fertilizante completamente biológico que no va a generar problemas de salinización y pérdida de fertilidad en los suelos y nos evitaría la importación de fertilizantes sintéticos.

Con sistemas tan básicos de separación como el de las bolsas blanca y negra es posible poner en funcionamiento plantas de separación de materiales a nivel industrial, con bajos costos de operación y bajo riesgo para sus operarios. De estas plantas se obtendrían materiales que no necesitarían más que un leve tratamiento (lavado, fundición en lingotes, trituración, etc) para servir como insumos industriales. Los desechos que entren a las plantas se pueden separar de forma manual en varias etapas, luego pasar en caso de ser necesario a procesos más complejos de separación y finalmente ser tratados para su reutilización industrial. La única dificultad para este sistema es que la separación de residuos desde las casas se haga a conciencia, lo cual puede lograrse con elevación de tarifas a los conjuntos o barrios que no lo hagan al nivel requerido y esto podría controlarse con inspecciones periódicas de los desechos recogidos y explicaciones detalladas sobre el método de separación, todo con el fin de ganarle a la mala voluntad de la gente respecto a algo tan simple. 

Con esto es posible incluso la desaparición de los rellenos sanitarios pues el aprovechamiento de los desechos residenciales sería prácticamente completo, los rellenos sanitarios podrían servir, aún como están, como fuente de materias primas (algunas incluso de alto costo como el cobre y aluminio) a pesar de que el tratamiento de estas basuras compactas no pueda ser tan eficiente como el expuesto en los pasados párrafos. A esto se debe agregar una serie de políticas ambientales más estrictas hacia las industrias que funcionan dentro de nuestro país, como Drummond, Pacific Rubiales, Anglo Gold Ashanti, Unión Matoso y otras. Dentro de todo el mayor impedimento para implementar políticas ambientales e industriales como éstas (otras podrían ser el reciclaje de aguas y potabilización completa de aguas servidas) es que el Estado colombiano sea tan laxo en el aspecto ambiental, es la falta de una administración nacional preocupada por la vida digna de sus ciudadanos, por la preservación y sostenibilidad ambiental, por el desarrollo industrial y la soberanía, que no sirva como una fábrica de leyes a la medida de los monopolistas, terratenientes y demás oligarcas; en otras palabras es la falta de un Estado socialista.

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lunes, 12 de mayo de 2014

LA COTIDIANIDAD DEL OLVIDO Y EL FESTEJO COMERCIALIZADO


Una tarjeta impresa no significa más que se es demasiado indolente para escribirle de puño y letra a la mujer que ha hecho por uno más que nadie en el mundo.
Anna Jarvis


Los pintorescos regalos, las decenas de flores, las  tarjetas, los miles de mensajes, y los centros comerciales y restaurantes atestados de una multitud desesperada, con un solo mensaje: “feliz día de la madre” hacen parte de la cotidianidad de un domingo. Cada año, el segundo domingo de mayo (en el caso de Colombia), se repite esa cotidianidad del olvido, hipócrita y consumista. Una repetición constante que ha llevado a la monotonía de un festejo individualizado y unas formas sociales de control y desesperanzas.  

La cotidianidad de la celebración de un día en especifico, en ocasiones ha lleva a un carácter acrítico de la sociedad. El festejo, que ha sido orquestado por los degradantes medios masivos de “información” y todo el marco empresarial y comercial del capital, no puede ser cuestionado y él o la que no lo celebre será visto como un inconsiderado o un individuo sin sentimientos morales. Hacer la pregunta: “¿Por qué se celebra el día de la madre?”, es incómodo y en ocasiones ofensiva. Pero si se pregunta: “¿Qué le regalaste a tú mamá? ¿La invitaste almorzar o comer? ¿Le llevaste flores?”, son normales y permiten mantener esa cotidianidad y reproducción social del consumo y el desprecio por aquellos o aquellas que no hacen lo mismo.

¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: 'No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia'. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice '¡Desarma! ¡Desarma!' La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales.
Julia Ward Howe, Proclama del día de las madres- 1870
 

Julia Ward (1819-1910) madre de cinco hijos, activista, religiosa  y defensora de los derechos de las mujeres, comenzó su lucha después de haberse casado con Samuel Gridley Howe, quien la sometió a las normas impuestas de la cotidianidad de una mujer casada. Sin poder salir de su casa, sin tener la oportunidad de decidir sobre su vida, y demás  lógicas de humillación de una mujer casada, buscó su independencia pero sin éxito. Pero, sólo fue después de que su esposo muriera y Julia Ward  escribiría en su diario: “Inicio hoy mi nueva vida”1, para comenzar un camino de lucha incansable a favor de los derechos de las mujeres y la importancia del papel de las madres en la sociedad. Muere en 1910, dejando varios obras y poemas que le permitirán ser reconocida hasta el punto que en su funeral asistieran cuatro mil personas.

Durante la misma época de Julia Ward, vivió otra mujer llamada Ana María Jarvis (1832- 9 de mayo 1905) quien fue una promotora de la salud y la seguridad social de las mujeres trabajadores. Realizando labores médicas en el marco de la guerra civil norteamericana, atendiendo a los heridos del conflicto sin importar de qué bando eran. Ana María Jarvis tuvo una hija, quien llevaría el mismo nombre y quien comenzaría a proponer un Día de las Madres. Ana Jarvis (hija) iniciaría una gran campaña para conmemorar el arduo trabajo que realizo su madre junto a varias mujeres, llegando  a ser acogido por grandes sectores sociales, hasta el punto, que el presidente de norteamericano Woodrow Wilson declara a partir de una resolución el Día de la Madre en el año 1914.

Después de la declaración del presidente Wilson, Ana Jarvis (hija) rechazo las motivaciones que se dieron para que el presidente declarara el Día de la Madre. La tendencia generalizadora de comercialización y pérdida del verdadero carácter de la festividad, obligo a Ana Jarvis (hija) ha realizar una campaña en contra de las celebraciones comerciales del día de la madre y mostrar el carácter ilegítimo del proceso que realizo el presidente Wilson. Esto le genero varios problemas, hasta ser arrestada por las manifestaciones que realizaba.

El Día de las Madres ha sido arrebatado por las lógicas del mercado. Aparentando ser un día de alegría, durante años ha escondido una realidad y ha promovido la repetición y aceptación de la humillación hacia las mujeres y sobre todo a las madres.

La declaración del presidente norteamericado Wilson del Día de la Madre, es el punto inicial de la individualización de la festividad. El simple hecho nominal  de decir el “Día de la Madre” y no el “Día de las Madres”, es el quiebre al verdadero carácter que Ana Jarvis (hija) intentaba conmemorar. La labor realizada por la madre de Ana Jarvis, y muchas mujeres, también madres, en el marco de una guerra, se pierde en la cotidianidad de los miles de regalos y rosas que se entregan en la actualidad. La individualización de la festividad genera el olvido, debido a la lógica en que se celebra o festeja. Las familias solo se reúnen y entregan un objeto a la madre intentando convertir ese día en algo especial. Las madres por su gran aprecio a sus hijos e hijas aceptan si vacilación su regalo y vuelven a la cotidianidad de sus vidas. Al decir solo el “Día de la Madre” se promueve la aceptación hipócrita de la vida privada que se le ha impuesto a muchas mujeres casadas y madres solas que ha tenido que salir adelante sin la ayuda de nadie. Esa celebración, permite que exista un control de la sociedad para que consuma productos específicos y desarrolle ciertas actividades, que le digan a la madre que todo está bien y que no es necesario cambiar nada.

El festejo comercial del “Día de la Madre” se debe acabar, para volver a conmemorar un verdadero “Día de las Madres”. No seguir festejando un día que ha sido importado desde Estados Unidos e impuesto desde el mercado es poner en cuestión aquellas formas sociales que han sometido a mujeres casadas y madres, es mostrar la realidad de millones de madres solitarias que han sido oprimidas, es mostrar la tristeza y humillación de miles de jóvenes y niñas que se han convertido en madres sin quererlo. Promover una manera distinta de conmemorar o felicitar a las Madres, es una forma de liberación y lucha por una sociedad distinta que no repita las lógicas machistas y de represión. 
 
En el contexto colombiano se hace aun más necesario. Si se considera el verdadero carácter del día de las madres, dado por la labor que realizo Ana María Jarvis en la época de la guerra civil norteamericana, y recordando las duras palabras de Julia Ward Howe, le podría aportar a la paz de Colombia. El degradante conflicto armado y social necesita reconocer los grandes impactos que ha generado hacia la sociedad y que las madres han tendido que asumir. Las madres colombianas están cansadas de parir hijos para la guerra; de tener que enterrar a sus hijos e hijas; de ser obligas y violadas por sus esposos; de mantener una cotidianidad de sometimiento y poco reconocida. Es hora de proponer otro día para las madres, ya que el segundo domingo de mayo es la expresión concreta de una la cotidianidad del olvido y un festejo comercializado.

J.F.
Centro Norma Patricia Galeano



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sábado, 3 de mayo de 2014

SUEÑO DESPIERTO

Este es un sueño que no me lo entrega nadie

Que somos ambiciosos. Y sí, es que lo queremos todo. En este sueño lo apostamos todo: todo para todos. Un sueño que no cabe en una caja, que no entra. ¡Ah, sueño inmenso este el de la revolución! Nos vamos enterando que este sueño no se entrega, se abraza, se va andando. Que somos quienes se han entregado.

un sueño del que somos dueños y diseño con mis iguales  

Que soñamos en los otros. Que anhelamos en las manos trabajadoras, en las que aran la tierra, en las que abrazan, en las que empiezan con el amanecer. Esas manos pesadas, ejercitadas a punta de alimentar este país; manos curtidas, cicatrizadas con el tiempo y con la vida. Esas manos rudas que levantan esta tierra nuestra, que son testigo de la historia. Un sueño que es en esas manos, que es en nosotros, y este ser nosotros que tiene sentido siendo en los otros. Y lo vamos construyendo, lo vamos viviendo, nos hacemos un plural uno para caminar hacia la revolución.

es que mis sueños me abre los ojos y me despierta

Y no se extingue. El fuego permanece vivo, se alimenta con el aliento de un pueblo dueño de sí. No se apaga. Y quemará. Quien lo sueña, lo vive. Crecemos en nuestro deber histórico y nos haremos dueños del destino, habremos escrito la historia ya no con la sangre que se derrama en cuchillo ajeno, la escribiremos con el rostro levantado, digno. Escribimos hoy porque despertamos soñando.

Es mi linterna en esta caverna negra
y puedo ver más allá de la mierda que dicen los que gobiernan,
me recuerda que esta realidad no es inmutable,
pues todo lo sólido se desvanece en el aire.

Y por eso hoy no cito a los grandes pensadores. Hoy no apelo a metáforas y epítetos de los grandes poetas, cuyo nombre precede sus palabras.  Hago mías las palabras de mi poeta favorito, de un rapero revolucionario ejemplar. Hago mía la lírica de un hermano, de quien sabe que no hace rap para el pueblo sino es el pueblo mismo haciendo rap. Y entonces compartimos un sueño y compartimos la Abya Yala. Vivimos el sueño. Yo los llamo a soñar despiertos para no vivir dormidos.

Soñar Despierto

Portavoz

PRIMERO DE MAYO REVOLUCIONARIO