jueves, 8 de agosto de 2013

ORGANÍZATE Y LUCHA


UNIVERSIDAD NACIONAL: UN GRITO DE LIBERTAD

Hoy asisten ustedes a una cita inexorable con su historia, con la nuestra, con la de todo nuestro pueblo. Han llegado, compañeras y compañeros, a la Universidad Nacional de Colombia con muchas ideas en la cabeza sobre próximos esfuerzos para hacer un mejor mañana para cada uno, quizás también para construir uno mucho más alegre para cada ser humano: un mañana en el que amanezca la dignidad de todos.


De cualquier forma, somos privilegiados al ingresar en la Universidad Pública, ya que millares de jóvenes provenientes de familias trabajadoras no pueden acceder a la misma. Bien podríamos dar la espalda a cada uno de las y los colombianos que desde los lugares más remotos mantienen con su sudor lo que aún nos queda de esta universidad. El privilegio no es entrar en este “ascensor” social que, de todas maneras, no garantiza el anhelado “ascenso”, debido a las oprobiosas fuerzas de la oferta y la demanda. El verdadero privilegio es poder hacernos con las herramientas necesarias para comprender la realidad y poder hacer territorio al andar por el horizonte de las utopías.


No en vano, a través de los años, incontables luchadores de la Alegría han pasado y se han hecho lo que son entre los salones, pasillos, cafeterías y prados de este campus. Y han sido precisamente ellos: trabajadores, estudiantes y profesores, en sintonía con los sentires del pueblo colombiano, los que han hecho un lugar donde los sueños empapados de Dignidad echan a andar, así los verdugos de la Esperanza persistan irremediablemente en acallar a palos este futuro que ya no cabe en el presente y que ha caminado sobre los pies de estudiantes como Gonzalo Bravo Pérez, Leonardo Posada, Guillermo León Sáenz; en las mentes de profesores como Orlando Fals Borda, Jaime Pardo Leal, Camilo Torres Restrepo, Alberto Alava; y en las manos de incontables trabajadores anónimos que le han dado forma a esta trinchera de Libertad.


Desafortunadamente, este lugar donde las aspiraciones más elevadas se arman de argumentos y donde se puede sentir pensando, se encuentra más amenazado que nunca debido a la avaricia de los grandes capitales que lo ven como otra oportunidad para hacer sus negocios.


Sin embargo, nuestra UN, aunque aún se mantiene en pie - gracias a las luchas heroicas de la Comunidad Universitaria -, agoniza: los edificios a punto de derrumbarse, como la pretensión de ceder terrenos de la universidad para que el capital inmobiliario y especulativo se apropie nuestro Bien Común, son apenas una muestra. Asistimos a una amenaza real de lo público - lo de todas y todos -, en todas las instancias.


Ante semejante panorama, las y los estudiantes universitarios iniciamos en 2011 un camino de lucha para hacer que la Educación Superior se arregle a nuestras realidades, retos y sueños: vamos por una Nueva Educación para un País con Soberanía, Democracia y Paz. Así hemos tejido una propuesta alternativa para que aquella esperanza se haga realidad.
Pero no sólo los estudiantes queremos un país mejor. También lo hacen las comunidades que claman por una Zona de Reserva Campesina para el Catatumbo, tanto como los lacerados mineros de antaño. Todos estamos amenazados por los grandes inversionistas que pretenden incrementar infinitamente sus arcas gigantescas.


Por eso, pese a la indolencia de sus gobernantes, nuestro pueblo se resiste a seguir siendo silenciado. Es por ello que grita con fuerza: “¡YA BASTA! Estas tierras son nuestras y las trabajamos para nosotros, no para otros: trabajamos para el buen vivir de nuestra Patria”. Y mientras trabajadores y campesinos cierran las vías y paran las industrias para ser escuchados, nosotros nos alistamos para el gran Paro Nacional Universitario, porque así vamos a seguir escribiendo las páginas de nuestra historia, que de ningún modo corresponde con las pretensiones de quienes nos lo quitan todo.


Juntas todas las rebeldías del pueblo colombiano, avanzaremos en la edificación de una Patria Nueva. Es el momento indicado para alzar nuestros clamores y unirlos con los de todo el pueblo colombiano. Conjuguemos entonces las herramientas que nos brinda la universidad con la sabiduría de nuestro pueblo alegre y rebelde.


¡Creemos una sola fuerza multicolor consciente, dispuesta a ser el sujeto Constituyente de la Paz, la Democracia y la Justicia Social!