lunes, 24 de marzo de 2014

LA REVOLUCIÓN LLEGARÁ EN BICICLETA


En los últimos años se han venido impulsando en Bogotá políticas públicas para incentivar al uso de la bicicleta como medio de transporte urbano. Dentro de ello se puede ubicar la construcción de ciclorutas, pruebas piloto de bicicletas públicas, y la promoción de la ciclovía, iniciativas públicas que al parecer han cumplido su objetivo.

Si bien estas iniciativas no pretenden subvertir el régimen de explotación capitalista, ni contrarrestan radicalmente, tampoco, la crisis ambiental; generan pequeñas mejoras en el bienestar de la población, como mejoras en la salud física y mental, y reducción de la polución ambiental. Por otro lado, también se golpea la lógica de ciudad impulsada por la industria automotriz. Pero lo importante a analizar aquí, es cómo se vincula el incremento del uso de la bicicleta en Bogotá y su impulso con las diferentes capas sociales, para no pensar el tema independiente de los conflictos de clase.

Uso de la bicicleta: Tendencia, practicidad o necesidad

A lo largo de las capas altas de la sociedad bogotana, el uso de la bicicleta se ha impuesto por razones diversas. Entre ellas podemos encontrar una búsqueda de práctica de deporte, disminuir el impacto ambiental generado por el uso del automóvil, reducir la contaminación auditiva, o sencillamente la tendencia de usar bicicletas vintage o clásicas, relacionada a la moda Hipster[1]. En torno a ello, se han desarrollado movimientos ciudadanos y ONGs para promover estos fines, como también se han creado empresas vinculadas con esta tendencia, por ejemplo dedicadas a hacer Ciclo-turismo. Aquí, el mercado provee todo tipo de productos para hacer más cómoda esta opción y generar lucro.

Por otro lado, muchas personas deciden usar este medio de transporte a diario, debido al colapso en el sistema de transporte de la ciudad, principalmente en las horas pico, por lo cual, los trayectos en bicicleta pueden llegar a ser mucho más rápidos, en términos de tiempo, para distancias cortas. Algo que ocurre por lo general, en las ciudades congestionadas por el tráfico. 

Pero gran parte de la población que opta por este medio de transporte, la cual se localiza en la periferia de la ciudad, no lo hace por conciencia ambiental, por practicar deporte o por moda. Sencillamente, la segregación social no les permite acceder a un medio de transporte público, en términos de infraestructura y de precios al alcance de sus salarios. Por lo tanto, miles de trabajadores llegan diariamente a sus lugares de empleo usando este medio de transporte.

Hacia dónde ir

A partir de los diversos motivos que impulsan a las personas a usar este benéfico medio de transporte, se vislumbran temas de discusión, que no son aislados del modo de producción capitalista, y que también se relacionan con lo inmediato, proyectando cambios para la ciudad:

-Pese a que Bogotá es, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), líder en el uso de la bicicleta en América Latina[2], es necesario reforzar políticas públicas para garantizar condiciones infraestructurales, para empezar a cambiar la lógica que prioriza el vehículo particular, implementando, además, la promoción y difusión del uso de la misma. Para ello ya existen algunas propuestas generadas por parte de Organizaciones No Gubernamentales[3].

-Se encuentran aquí razones para cuestionar el modelo económico imperante, pues quién use la bicicleta no debería estar empujado a hacerlo por un salario mísero, o falta de democratización en la construcción de las políticas públicas en general.

-Se debe señalar, a través de la preocupación por la preservación del planeta y el papel de la bicicleta allí, que problema central del deterioro ambiental, no es sino el modo de producción capitalista que exige permanentemente producción en masa para su sostenimiento. No sólo basta con reciclar, reutilizar, y reducir la generación de CO2 individualmente si no se cambia la estructura económica que nos ha llevado a la crisis.

Si bien la bicicleta hace aportes en la construcción de nuevos mundos posibles, dado sus beneficios para la población en términos de salud, cuidado ambiental, ordenamiento de ciudad, y demás, montarse en ella no es suficiente para generar los cambios si no se pedalea hacia la construcción de una nueva sociedad.


[1] http://blogs.eltiempo.com/querer-pensar-y-hacer-ciudad/2013/10/17/la-elitizacion-del-uso-de-la-bicicleta-en-bogota/
[2] http://extroversia.universia.net.co/viajes-y-turismo/2013/bogota/bogota_es_lider_en_el_uso_de_la_bicicleta_en_latinoamerica_banco_interamericano_de_desarrollo/actualidad/16933/100/119.html
[3] . http://www.activism.com/es_ES/peticion/implementar-una-politica-de-movilidad-en-bicicleta-en-bogota/11260