En el camino de las grandes transformaciones que requiere nuestro mundo contemporáneo, la universidad – como espacio de acción y reflexión – es un lugar predilecto para pensar utopías, para el florecer del pensamiento crítico, para involucrarse en la defensa de la alegría como alternativa posible a los poderes constituidos.
En
ese sentido, la Universidad Nacional –sus estudiantes, trabajador@s y profesor@s–
ha sido históricamente la conciencia crítica de la nación: un bastión de resistencia
política y de confrontación a los excesos del poder en Colombia, que ha
procurado no abstraerse de la realidad social, no renunciar a la solidaridad
activa con las aspiraciones de los sectores sociales y populares que luchan por
una sociedad más justa. Es así que, en la actualidad, en una Colombia que
adolece de profundas desigualdades sociales, donde los hogares viven presos de
la incertidumbre propia de la informalidad y la precariedad laboral y en la
cual los niveles de pobreza rural alcanzan a más del 60% de la población
campesina, se hace necesario asumir este acumulado histórico.
En
esa medida, las y los estudiantes colombianos debemos ponernos a la altura de
la situación política. Los diálogos de paz de la Habana, entre las FARC-EP y el
Gobierno, constituyen un momento en el camino para abrir nuevos escenarios de
participación popular e impulsar cambios democráticos, que terminen con la persecución
y el exterminio, y que permitan aclarar la ruta hacia la construcción del
socialismo y la integración de Nuestra América.
La
universidad pública es, entonces, para gozársela intensamente, para defenderla,
para organizarse y luchar por una educación gratuita y al servicio de los
intereses de las amplias mayorías. Sembrar los surcos de la paz con justicia
social, blindarla con la más amplia movilización social y popular, es una tarea
inmediata del estudiantado y de todo el pueblo colombiano. Hoy queremos, por lo
tanto, darles la bienvenida al lugar donde cada día luchamos por avivar el
fuego de la esperanza.
¡Unidad
en las calles por la esperanza, la paz y el socialismo!
¡No
renunciamos ni a la revolución ni a la alegría!
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